Beneficios estrés

Estamos en un mundo donde podemos vivir conectados, instante tras instante. Redes sociales, plataformas TIC, móviles, teleconferencias, desplazamientos. Vivimos conectados sin desconectar. En este ritmo trepidante de información, necesitamos parar, para recuperar tiempo, recursos, sensaciones y habilidades.

¿Qué necesitamos para reenfocar nuestras prioridades?

Un tiempo para sí, es importante para orientarnos hacia nuevas visiones objetivos y metas, para organizar nuestro día a día, o simplemente para descansar de nuestro agotamiento diario. En tiempos de crisis, donde tenemos que hacer hincapié en nuevos recursos, vitalidad y creatividad, el descanso y el reposo toman sentido, no solo para recobrar nuevas fuerzas, sino también para considerar nuestras prioridades.

Por ejemplo, si trabajamos por cuenta propia, somos emprendedores y actuamos sin cesar para llevar hacia adelante nuestro negocio, vivimos en una acción continuada y no siempre encontramos tiempo para ese nuevo enfoque tan necesario para todo emprendedor o empresario. Nuestro día a día, con sus prioridades y exigencias nos domina, con sus consecuentes efectos sobre nuestra salud.

Si trabajamos por cuenta ajena, necesitamos reponer fuerzas no solo físicas, sino también mentales, emocionales, pues toda exigencia profesional necesita renovación.

La acción cotidiana pide preservar fuerzas y encaminarse hacia nuevas perspectivas con visión renovada.

En este ímpetu de acción, nuestro cuerpo es el gran protagonista,  pues es a través de él que actuamos. Nuestra acción sea eficaz o eficiente, necesita momentos de recuperación y reflexión. Recuperar es volver a adquirir lo que se nos ha perdido. ¿Y qué es exactamente lo que perdemos? Perdemos nuestra capacidad de centrarnos y reconquistar nuestro biorritmo natural. Porque somos personas que actuamos necesitamos vitalidad para decidir y dirigir nuestras acciones.

¿Somos capaces de darnos un tiempo y un espacio para recuperar nuestras fuerzas y en consecuencia nuestra capacidad de reenfocarnos?

Nuestro día a día tiende a automatizar nuestros movimientos y acciones restando eficiencia y espontaneidad a lo que hacemos. La repetición tiene algo en común con el cansancio. Nos acerca a lo habitual y por ende, no permite una mejora continuada de nuestras acciones.

Un tiempo de descanso, un tiempo para el cuerpo y la recuperación es necesario para preservar nuestra salud, para permitirnos esa distancia tan deseada frente a los problemas que enfrentamos a diario.

Con el cuidado de nuestro cuerpo, nuestro organismo se repone y con ello las fuerzas necesarias para tomar las decisiones adecuadas.

Si sabemos “desconectar” de vez en cuando, seremos personas más capaces de “conectar” y relacionarnos con las personas que nos rodean.

¿Cómo hacerlo?

Aprendiendo a alternar momentos de descanso y trabajo.

Realizando actividades de recuperación física.

Implicándonos en actividades cotidianos o hobbies placenteros.

Relacionándonos con amigos o familia y potenciando nuestra comunicación.

Conociendo nuestros límites y aprendiendo a decir no, cuando lo necesitemos.

Sabiendo escuchar nuestro cuerpo y dando cabida a nuestras sensaciones.

Si aprendemos a aplicar este tipo de pautas, estaremos seguros de ser personas saludables y eficientes en nuestras acciones.

Un trabajo de recuperación corporal, nos permitirá avanzar con nuevas perspectivas y estrategias a nivel personal y profesional, incrementando nuestra calidad de vida y salud.

Susana Ramon

 

Dejar un comentario