¿Cómo se practica?
A partir de un análisis de la propia manera de expresarse, aprendemos a gestionar el estrés que a menudo nos conduce a perder nuestras facultades e influye en la manera en que nos relacionamos con los demás.
La formación combina, el proceso de cambio actitudinal que propone el coaching, con un entrenamiento en técnicas de comunicación y de expresión oral y gestual para desarrollar las habilidades comunicativas.
Los ejercicios permiten apropiarse herramientas para gestionar el estrés y la emoción, adquiriendo nuevas estrategias y nuevos automatismos.
El entrenamiento personalizado se sitúa en dos niveles:
- reforzar la seguridad personal,
- mejorar la relación con terceros.